Por
cumplir los quince años de seguir mi calvario en las visitas al instituto,
hacía el recuento de mis citas en esos 14 años y pico. Apenas han sido 1 cada
seis u ocho meses en los últimos años, antes eran talvez tres o cuatro por año.
Lo que me pone a pensar que mientras mas viejo, menos me tienen que ver, ya sea
porque uno se cura de necedad o porque mientras mas le alargan el tiempo de las
citas, mas tiene la oportunidad de no llegar vivo a la siguiente, pero en fin ellos
tienen su estilo.
Aquí
hago una comparación, porque en la consulta privada, las citas son tan
aburridas que si no se las ponen a diario es porque al fin les da clavo, pues
si que le sacan la plata al enfermito. El individuo consulta por dolor de cabeza.
Ejemplo que si además le duele la uña del pie que con el especialista en
pedicure, que mas parece especialista en vientos proveniente de los flatulentos
gases que ya de viejo son de categoría III Richter por la profundidad o grado 2 Mercali por el tufo.
En
fin le ponen en las clínicas privadas, una especie de horario de escuela, como
ejemplo de 8 a
9 AM. Con el cardiólogo, de 10
a 11 con el de la diabetes, en mi caso con el Neumólogo
de 2 a 3
PM. 1 vez por semana, un día siguiente con el Urólogo, por aquello de la
próstata y le andan buscando espacio para que lo vea el Gastroenterólogo, el
Oftalmólogo, por las cataratas el Otorrino por hacerse el sordo y de ajuste el
Geriatra, que por poco es el pediatra, pues a esa edad ya no le queda a uno nada de niño. Quizás el comportamiento.
Con los únicos que permanecemos en alergia es con los Cirujanos, pues es un
enorme riego operar aunque sea de juanetes a un viejo.
Pero
volviendo a las remembranzas del Instituto, recuerdo que aparte de un examen
muy superficial el primer día, como diría Arjona, Mi primera vez. Las tres P al
inicio y por enfermera. Presión, pulso y peso. Ya con el galena me pasó el
estetoscopio por el pecho y la espalda, ah y en algunas pocas oportunidades me
midieron con el glucómetro. En las reconsultas pues adecuadamente ya solo es de
confianza, a pura pregunta, como se siente, los exámenes están bien, se ha
tomado la medicina. OK, entonces en 6 meses. Lo ignoran en los siguientes
minutos mientras escriben en la
Comp., la evolución y las fechas, estamos tan tecnificados
que aun las recetas son elaboradas por la máquina, el chorro de laboratorios
que dejan anotados y que le da trabajo a la secretaria, como las fechas
inscritas en el carnet. Me cuestiono y si uno llega apacha un par de botones y
al otro lado le salen las hojitas con recetas, solicitud de laboratorio y lo demás
así el doctor puede dedicarse a las sesiones con el director a la hora de la refa.
a la asistencia a los congresos, etc.
También
hay algunas cosas que han mejorado, ya los laboratorios los puede uno realizar
mas cerca de su casa, según le quede cerca alguna de las periféricas, lo que no
han descentralizado es la toma de los EKGs. Me correspondió en la zona 6, pero
lo que no se pueden evitar son las famosas colas que van desde la punta de la
oficina hasta la puerta donde se vuelve a salir, luego le pasa preguntando un
fulano por el carnet de afiliación y la hoja de las orden.
--- A Ud. Es del CAMIP. Siga recto y
agarra la cola mas pequeña que sale de la puerta 2.--- se pasa luego a la
oficina donde le dan unos tubitos con etiqueta de código de barras y luego a
rehacer la cola.
Que
alivio se piensa es otro gusano que aunque menor, al menos los primeros 30
solicitantes están sentados y cada vez que alguien entra, se soban las nalgas
limpiando la banca, pues ya no muy se levanta uno, evitando el temblor de
piernas, pero así con suerte porque si
llega alguien en silla de ruedas, o bastón o con temblorina, lo pasan mas
rápido, al fin llega uno al matadero, entregando sus tubitos, allí me tocó una
señorita muy simpática, de anteojos tipo culo de botella, pero muy amable.
--- Déme su bracito mi rey, le pongo
un hule aquí.--- se refiere en el brazo, luego saca una aguja, la ajusta con el
frasco y zas! Me pincha, la sangre llena el recipiente mientras la señora muy
cristiana me da el sermón del día, me aprieta con un algodón, extrae la aguja y
me dobla el brazo. Me dice --- Lo espero en dos horas después de desayunar. Que
Dios lo bendiga.
Camino
unas 10 cuadras a mi casa, ingiero los alimentos y con reloj en mano, hago
nuevamente el ejercicio de las X cuadras y me llego a sentar a las bancas de los
encartados en el asunto de las 2 horas post prandial. Son las 10.20, a las y media cumplo las dos
horas, con la exactitud de un suizo entro nuevamente con la doña.
--- Haber mi rey, en que brazo le
saqué sangre anterior mente.---
Le
muestro el izquierdo, que se encuentra virgen de pinchazo y se repite el
procedimiento.--- Vaya con Dios, no se olvide de su cita…---
Intermedio
de las citas de cortesía con el médico hay un par de visitas de recetas, colas
para variar, en la ventanilla de entrega de carnet. Sin mediar palabra, porque
para que. Le dan un cartoncito con número y le indican sentarse donde encuentre
sitio. Allí puede o leerse el Publinews, que es de gratis, tomarse un jugo o
cafecito, que hay azafatas, que constantemente deambulan vendiendo toda clase
de chucherías o simplemente sentarse a aplanar la parte baja de la espalda, al
cabo de una hora mas o menos a través de un altoparlante, le informan Fulano de
tal, No. 99 y tiene uno que estar al rayo frente a la ventanilla 3, donde le
entregan las recetas, hay de aquel que con ciega locura, no se presente en el
termino de la distancia es ejecutado para esperar otro cacho si hay cola
esperando.
Es
toda una felicidad cuando se sale de allí, luego se dirige a la farmacia, ala
de pollo, otra cola, le reciben las hojas en la entrada se la guillotinan para
individualizar cada una de las receta. Pero así con limpieza y sacudida de
sillas con el trasero, pues ni bien se sienta uno ya lo corren al siguiente
sentadero y al otro, en ocasiones es un poco tardado pero dentro de lo que cabe
se mueve, por eso es que ni chance a charlar con los sexagenarios se tiene por
tal poco tiempo, los últimos pasos de cinco frente a la ventanilla, donde se
entregan las recetas firmadas, el carnet de afiliación.
Puede
que allí le den la sorpresa, cuando le dicen si está toda su medicina, lo usual
es que le digan con esta, pregunta la semana entrante pues está agotada o por
entrar el pedido y bueno eso implica ir a dar otra vuelta. 8 a 15 días después. Al fin se
sale con bolsita negra de nylon con cajitas, pastillas sueltas, blister y
frascos de la respectiva y allí termina la locura.