lunes, 23 de mayo de 2011

32. PARA RECUERDOS

         Sonó el teléfono, con la prestancia que se me ocurre e imaginando de quien se trataba, Respondí. Si eras tú, después de la espera que me emocionaba el saber de ti, escuchar tu voz, esa cita que habíamos concertado se iniciaba estaba a un paso de realizarse.

          Te vi en la esquina, estabas emocionada, corriste hasta el auto, me besaste y con un hola muy simpático te sonrojaste. Te observaba y no lo quería creer, después de cinco meses de nuestra última reunión, estabas mas bella que nunca, con esa inocencia que te engalana y que cautiva.

          Nos trasladamos hacia el espacio infinito, mientras cruzábamos algunas preguntas de rigor, del estado de salud, la familia, el trabajo, etc. Buscamos un lugarcito donde almorzar y expandirnos en las charlas, vaya si no eres buena para eso.

          Te miraba fijamente, aunque tu te me escabullías, trataba de adivinar tus pensamientos, escudriñando tus facciones, lo terso de tus facciones, la textura de tus labios, tu hablabas de tus alumnos, del viaje al Auto Safari Chapín, escuchaba pero mis emociones me impedían que te pusiera la atención adecuada. Estaba anonadado, trataba de adivinar lo que dentro de tu cabeza se alborotaba.

          Quise entonces retomar la situación, escuchando lo relacionado a nuestra amistad, pero fue difícil, soñaba con tomar tus manos, suaves y ligeras, para trasmitir mis ideas, tu piel morena, delicada, me incitaba ha decir, hablar de algo mas que deseaba escuchar. Sin embargo cuando insistí en remover tus gafas, para ver tu carita en todo tu esplendor, comprendí que estabas hecha un manojo de nervios, que mi requerimiento era audaz y que de pronto podría causar inconformidad. Pero tomarte de la mano me inquietaba. A veces el tacto dice mas que cien palabras y el sonido de las palpitaciones no se, tuyas, o mas bien mías, me reflejaban un tenue temblor de cuerpo, el nerviosismo nos acompañaban se traducía en un emocionante encuentro.

          Cambiamos la charla a otra serie de temas que me hacía responder con un aja, si que bien, pero mi corazón bailaba fuera de si, buscando la oportunidad de decir cuanto te quería. Comes como pajarito, no se si porque era algo que no te gustaba o simplemente estabas inapetente por estar frente a mi, bueno de todo era factible pensar, pero sin demeritar la plática, esta fluía fácilmente de tu boca, tornándose agradable en ocasiones jocosa.

          Después de que le bajamos el cuero a la vida y compusimos tantas cosas mal trechas de nuestro mundo, continuamos en la vigilia de ver tu rostro aunque fuera por arriba de los espejuelos, que mas parecían colgarse de un par de tomates de tus mejillas. Resolviste unos cuantos problemas a través de una llamada, muy discretamente envolviste la mitad del emparedado, para probar las hojuelas de maiz tostado con queso fundido. Pero la pregunta flotaba en el ambiente y no fui capaz de hacerla realidad frente a tus lindos ojos, porque…..?

          Bien tu sabes que fue un no saltarse las trancas, aunque en realidad lo que deseaba era ver tu reacción. Te vi nerviosa, intranquila, a veces concentrada, en otra ausente, como si esperaras algo. Querrías decirme algo o mi mente jugaba con las ideas, con las ilusiones que quizás yo…. Yo deseaba escuchar.

          Estábamos prestos a salir y dirigirnos a tu punto de partida, regresaste al Restaurante, un poco precipitada, mientras yo te observaba por el retrovisor del auto, el viento hizo el intento de levantar tu vestido de flores impedido con una acción de tus manos, a media pantorrilla.  Tus zapatitos bajos de color negro con un adorno hacia la punta. Llevabas, además, en la mano un suéter blanco. A los pocos minutos te vi aparecer por la puerta, te acomodaste los espejuelos y abriste la portezuela, entraste al auto, tuve la idea que me darías las gracias con un beso, por lo que me quede con la mirada fija hacia donde estabas.

          Recorrimos algunas calles, hasta llegar a la entrada del periférico, la charla aunque no se había suspendido, era pausada, como quien se le ha terminado la temática de seguir adelante, discutimos sobre la conveniencia de donde dejarte, en la terminal o antes, tu dijiste que era mas conveniente en alguna de las estaciones del transmetro.

Detuve el auto, en ese bendito lugar donde  se iba realizar nuestra despedida. Yo no quería que te fueras estaba tan a gusto que mi alma pedía a gritos unos momentos mas, de aquí hasta saber cuando. Hubo un momento de silencio, preámbulo a la finalización de nuestra cita. Te tomé entre mis brazos con la consigna de que se trataba de un abrazo de cumpleaños, te di un beso cálido en tu mejilla derecha y tu hiciste lo correspondiente, luego pasé frente a tus labios , esos hermosos labios, que casi rozan con los mios, sentí que me rodeaba de ternura, la temperatura de tu presencia me derretía el espíritu, con un te amo en silencio, deposité un beso en el otro cachete y tu me diste algo mas que un beso, que me dejó impregnado de tu cariño y sabor de mujer, de mujer linda.

          Luego te vi desaparecer por la escalinata que te llevaba a la estación, tímidamente me diste un saludo con la mano, un hasta pronto, que se quedó bañado con una ausencia de ¿Te volveré a ver?

          He dado la vuelta y como un desahogo, marco tu número, para decirte dos cosas. Primero decirte adiós, que la velada fue fantástica, emocionante como nunca, que dejó reafirmados mis convicciones de los sentimientos que te profeso, que fue tan especial y quizás mejor que la anterior, como siempre sin las incomodidades hasta en lo que hablamos, con unos cuantos cambios de colores rubores acaso, pero siempre hermosos.

Te pedí disculpas por no haber tenido el valor de decirte cuanto te amaba, cuanto te quería, como si hiciera falta, pero al fin te lo dije y de lo cual tu respondiste en estar de acuerdo y del sentimiento reciproco.

          No tengo una manera mejor de expresar lo que pasó mas que escribirlo y hacértelo saber, vaya si no, lo que experimenté fue algo muy dulce, una sensación sublime de poder compartir con un ángel, mi ángel, algo especial


31. DESPUES

Los aires de noviembre acarreaban hojas caídas de los sauces del camino, sentado en la banqueta bajaba mis pensamientos sobre lo que seria un encuentro con la persona a quien a pesar de conocer y amar de mucho tiempo se alejó de mí. Después de una íntima relación caminamos por rumbos diferentes, haciendo de nuestras vidas, dos rutas separadas.
Si no mal recuerdo esa despedida fue por esta época, el aire de barriletes y frío de fin de año, Traian a mi memoria esos pasos que de la mano recorrimos de ansias, alegrías y cosas lindas en compañía y que abruptamente se relegaron a intereses diferentes. Pero bien eso era hecho histórico y ahora era como un nuevo amanecer de oportunidad. Las cosas no salieron bien y ambos habíamos retomado el camino, estando en unas situaciones especiales.
Aquellas cosas que suceden, el destino nos brindó la oportunidad de encontrarnos una vez mas, Dios sabe porque.
Me encontraba nervioso, mirando al exterior en espera de la mujer que siempre significó mucho para mí. Un pantalón gris y una sacola azul era la seña de reconocimiento, ah y la blusa color blanca. Observé el reloj, las 12.39 y la tensión se hacia inminente, limpie mis anteojos, quizás para ver mejor.
De pronto, te vi. a la distancia; alzaste la mano en señal de aquí estoy. El corazón me daba vueltas y dirigí los pasos hacia tu encuentro, el tiempo no había pasado en ti, estabas radiante, bella, como nunca, nos unimos en un enorme abrazo y depositaste en mi mejía un tierno beso que me hizo recordar el pasado.
El fugaz momento se detuvo frente al tiempo, como un suspiro para la eternidad, estabas allí junto a mi y el corazón se hacia eco para salirse del pecho, ese tierno amor que aun me inspirabas y que había dejado escapar tiempos atrás. Aun estando enamorado. Una rabieta circulaba en mi mente, cuando no supe afrontar las cosas en su momento.
Este encuentro había significado mucho para mi. Tomados de la mano caminamos hacia el auto.
--- Que alegría verte, después de tanto tiempo. —
-- Si es una dicha poder estar junto a ti, la foto que me enviaste, verdaderamente no te hace justicia, estas mas bella que nunca.---
Te sonrojaste, mientras dijiste un tenue.
-- Gracias –
En medio del acontecimiento, revolviste tu cartera y con la humildad que te caracteriza sacaste de adentro una cajita envuelta en papel de regalo.
--- Esto es para ti, una cosa pequeña, pero significa, que no te he podido olvidar, es un pedazo de mi corazón, quiere decir que te quiero mucho. —
Te di las gracias, quizás debí abrirlo en el momento, pero lo postergué, tuve la intención de darte un beso para agradecértelo, pero me quede estático, y no lo creí prudente, una espera de varios años, bien valía la pena hacerla esperar.
Cruzamos la avenida y nos dirigimos a la carretera. Hubo momentos de silencio que se rompieron al preguntarte.
--- Quiero llevarte a comer… tienes alguna predilección?—
--- Pollo podría estar bien, eso si sin pico y sin plumas por favor, jajaja.---
--- Tu siempre tan jovial, esa sonrisa se te ve bien, además me dice que estas contenta, verdad?—
Sentados en el restaurante y después de ordenar, me quede viéndote fijamente a los ojos.
--- Cuanto había deseado este momento.—
--- Yo también, han pasado unos años, y no te he podido olvidar. —
Te tome de las manos, en las cuales percibí un pequeño nerviosismo, estabas fría, pero me apretabas como quien no quiere dejar ir el momento. Te sonrojaste nuevamente.
-- Que has hecho de tu vida --- preguntaste
-- Pues lo de siempre – respuesta con evasivas de quien no quiere profundizar en el tema.
-- Tu ya sabes de mi situación sentimental – haciendo una pausa – desde que nos dejamos no he podido rehacer mi vida.
-- pensé tenias una relación estable. —
-- Sabes no quiero extender el tema, este debe de ser un encuentro feliz y agradable. Y tú que me cuentas? –
-- Bien siempre trabajando y sacando adelante a mi familia. —
-- Cuéntame de tus hijas, que edad tienen?—
--- Mis hijas, la mayor 14 y la pequeña 11, son una lindura mis hijas.-
-- Si la viva imagen de la madre. —
En esas andábamos cuando la mesera interrumpió nuestro coloquio.
La charla se tornó hermosa, me hablaste de tus colecciones de piedras, del clima de tu tierra, del curso que asistías, etc. Mientras yo no podía quitarte los ojos de encima, me fascinaba verte, tu sonrisa, tu manera de actuar me hacía sentirme mas que bien. En mi mente revoloteaban todos aquellos momentos que compartimos, alma corazón y vida en el pasado, que no pasaron por gusto dejando una huella indeleble en mi corazón. Como fue que eso salió de nuestro control y nos hizo tomar un rumbo diferente en nuestras vidas. ¡No lo sé!
Tantas remembranzas, tantas cosas bellas, que habían hecho de nuestro amor algo tan especial. El destino fue implacable, mi abandono para salir a estudiar al exterior, dio como consecuencia, nuestra prolongado abandono. Después de esos años, quizás con la madures que te da el tiempo, regresé, donde me entero que tu había formalizado una relación, que te hacía feliz y estable. De pronto esto me causo nostalgia y tristeza. Pero quien era yo, un primer amor en el pasado, que nunca te pude ofrecer mas que amor. No era la pareja ideal, mi temprano matrimonio me había hecho inelegible para ti, pero las cosas del corazón no se dictan, se viven, se sufren y en alguna vez se hacen realidad.
Tomamos rumbo a la casa de estudios, donde buscamos una banca solitaria para darle continuidad a nuestra charla. El aire estaba helado y te sentaste junto a mi, podía percibir tu calor, nunca te habías visto tan silenciosa como en esta oportunidad, para lo buena conversadora que eras.
-- Sabes que este encuentro ha sido lo mas grande que me ha pasado, eres una linda persona y sigues siendo tan amable, tan especial…….sabes que tuve mis dudas de este encuentro, te digo porqué, bueno no quería abrigar nuevas esperanzas en nuestras vidas. — Bajaste tu rostro y unas lágrimas rodaron por tus mejillas -- Tu mejor que nadie sabes de mi situación, y aunque he logrado minimizar mi soledad, estoy pasando un momento difícil con mi pareja. —
-- Yo creo que esto es algo especial. Como tú me dijiste en una oportunidad anterior, Diosito te puso en mi camino… y bueno por algo. Sabes que. Puedes contar conmigo. —
-- Eres muy lindo.---
-- Hoy me he sentido A todo dar, en tu compañía te agradezco que me escuches, tu sabes no soy muy dado a soltar lo que tengo en mi corazón y tu me has abierto el tuyo, tengo facilidad, sobretodo oportunidad de contarte mis cosas y eso me da la oportunidad de decirte lo que tengo dentro de mi alma, gracias por ser como eres.-- Mis sentimientos siguen allí, mi amor esta debilitado pero aun persiste –
Me llamaste por mi nombre, como solo tu podías hacerlo, esa gracia que me hacías sentir de maravilla.
-- Tengo que decirte algo, he seguido mi vida, sola como estoy y espero cumplir con mi compromiso de sacar adelante a mis niñas. Pero hoy me has puesto una esperanza, una inquietud.--- OH. No se que pasará, estoy con penas en mi corazón espero tener paciencia y acertar de la mejor manera para sobrellevarlo, gracias por abrirme una puerta, donde yo se que puedo contar contigo. —
-- Como yo no puedo negarte que aun estoy enamorado de ti y que me llena esa oportunidad de servirte, ojala que pueda hacerlo y hacerlo de corazón. —
La tarde se había hecho vieja, todo el tiempo que había transcurrido como dos enamorados continuábamos el uno frente al otro tomados de la mano sin querer alejarnos o decirnos adiós, pero el episodio llegó a su fin y de alguna manera debíamos separarnos. Mientras los pájaros revoloteaban para buscar nido y la tenue luz de la tarde se hacía presente, un hermoso beso cruzó tus labios con los míos, que selló nuestra despedida.


viernes, 20 de mayo de 2011

30. GAJES DE LA VIDA

 Todo daba vueltas a mi alrededor, un remolino de pensamientos asaltaba mi presencia, pasajes olvidados pasaron frente a mi como quien vive una historia sin fin, como una de esas películas de la antigüedad, en blanco y negro, sin sonido, como la cámara rápida que revela los secretos a una velocidad inimaginable, cuadro por cuadro y en una secuencia sin cronología que superpone evento tras evento de las malas y las buenas.

          Me encontraba en un lugar no familiar, como succionado por el vacío, sentía frío, me encontraba desnudo, deambulaba, caminando entre sombras, sin saber a donde, rumbo al vacío, paulatinamente me fui acercando hasta donde se encontraba una abertura, la salida de un túnel tal vez, una brillante luz que inundaba el espacio que proyectaba la sombra de mi cuerpo a mis  espaldas; realmente no sabía que hacía yo allí, el miedo a lo desconocido me estremecía, me hacía sentir incomodo, la soledad me inquietaba, el no sentir físicamente mi cuerpo que se bamboleaba en una marea de sorpresas. Mi cuerpo flotaba en el aire, sin peso, etéreo, traslucido como empujado por el soplo de la vida, los pies bailaban sin hacer contacto con el suelo, mientras que la luz, cada vez mas brillante, me cegaba, el portal a pesar de mi esfuerzo se alargaba, no queriendo ser alcanzado, el percibir que en lugar de acercarme me alejaba, dando vueltas sobre si mismo, esa luz que de pronto me atraía, como un pensamiento lejano, en búsqueda de una respuesta de algo sorpresivo.

          A lo lejos, en el espacio de la eternidad, principié a escuchar el eco de una voz que repetía incansablemente y con una nostalgia de preocupación los gritos femeninos que rezaban acongojadamente,  mi nombre.

---  Haroldo, Haroldo…..! –

--- Dios mío, responde…., RESPIRÁ ---

          Pero el sueño parecía pesado, algo me molestaba, el dolor de aquí, el del pecho, que lo sentía apretado, además de algo que me impedía halar el aire respirar…

--- Pumm…!,--- un golpe en la espalda, sentí que algo salió volando expulsado de mi garganta,  tosí fuertemente….

Ahh!, que alivio la satisfacción de poder halar aire y que delicia el poder llenar cuan anchos mis pulmones, algo retornó a mi cuerpo, me sentí confortable, en ese momento… abrí los ojos, me incorporé de golpe, allí estaba en casa, mi habitación,  mi cama; sudoroso, mas bien asustado, agitado, el corazón me latía, como redoblante, tan rápido, que parecía que se me iba a salir del pecho; me encontraba rodeado por los miembros de mi familia, mi esposa con lágrimas en los ojos y acurrucada a la par mía, me pasaba suavemente la mano sobre el pecho.

--- ¿Te pasó?. --- me dijo.

--- Me pasó qué. --- pregunté, mi memoria inmediata como que estaba borrada, o mi cerebro aún no respondía adecuadamente.

--- Que sustos nos has dado, pensé que ya no volvías… Te ahogaste…, y lo peor es que no sabíamos que hacer, nunca te había visto así, te pusiste morado y tardaste en respirar….. ¡Me vas a matar del susto!---

--- Que tal si del susto…---  a lo mejor pasé el umbral de la muerte, pensé, jamás de la vida había tenido esa sensación, ese desprendimiento del cuerpo con el alma, lo había experimentado cuando regresé a mi cuerpo. Aun me encuentro confundido, pero no fue para menos la falta de oxigeno en mi cerebro y tanto esfuerzo…… Pero ya estoy mejor he puesto en orden mis pensamiento y creo que el paso al mas allá es algo extraño.

Como los que cuentan otros que han tenido experiencias similares, que caminan en verdes praderas rodeadas de múltiples flores, que se mecen con el viento, junto a las espigas de trigo que asolean los campos y la presencia de una paz y tranquilidad que engrandece el alma.

Debe de ser interesante lograr ver mas allá, no se si por que no me tocaba o porque no me atreví ir mas allá, pero me encantaría ver el fondo de la luz que me antecedía en la salida del llamado túnel, cuantas cosas espectaculares, hermosas o emocionantes deje de percibir. O la presencia del Ser supremo, que reconforta el espíritu y alivia las penas no del cuerpo.

La etérea imagen del creador, que llega a tu encuentro, como para envolverte en su bondad, el del Buen pastor que recoge de los bordes del abismo a su oveja descarriada, que sabiduría entona en tan insignificante ser, que recibe la dulcificación del perdón, gratificante emoción la que se experimenta entre la tranquilidad divina y el bienestar de esta tierra.

Una fuente, de la cual brota en agua de la vida eterna,  rodeada de rosas de varios colores que engalanan la espectacular entrada a los cielos, con un San Pedro con el Libro de mi vida en mano, resolviendo las operaciones matemáticas del debe y el haber de mi actuar terreno, que sentenciaba el poder o no entrar a tan majestuoso recinto. En la cúspide del pináculo, como sacado dentro de las nubes se observaba  el Maestro, rodeado de millares de ángeles, encaminados en el trono celestial, con sus manos prodigando bendiciones a mas no poder.

          Pero había regresado, a los achaques de esta vejez, a los problemas de esta vida, a esos sinsabores de esta instancia, de economías de consumo, violencia incontrolable y de temor a lo peor.

          Bien no estaría mejor en el otro lado, tal vez no!, la presencia de los que me rodean, la Vieja, los tres nietos, los hijos y aún la madre, bien vale la pena, pasar estas penalidades, Y cuando me toque, bueno que me toque, de una sola vez, Dios dirá y dispondrá, pero mientras ese momento llega, sigamos CON LOS GAJES DE LA VIDA.














29. A COBAN. CHOFA!

           Seis De la mañana, la cola de viajeros se apilaba cerca de la puerta de los transportes, las valijas se recostaban en las paredes en espera de ser servidas. Se abrió la verja de metal y para dar cabida a sendo autobús pulman identificado con la letra I. Pasamos a su interior a ocupar los primeros dos lugares.

          En un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en la serpenteante carretera del Atlántico, rumbo a Cobán, los paisajes mañanero se matizaban con la salida del espléndido sol en los copetes de las montañas del oriente, las escasa nubes que presagiaban el inicio de la época calurosa se escondían del azul del cielo.

          El arribo fue exitoso, entramos a la ciudad Imperial de Carlos V. a eso de las 11.30 de la mañana, ya los encargados del Hotel se encontraban a la espera de este par de viejos que se hacía a la aventura de Turismo nacional, idea largamente acariciada por largos meses.  Raquel se presentó, como la representante del Hostal Doña Victoria, por allí por donde esta el estadio Verapaz. Dicho sea de paso campo de futbol rodeado de pequeños cerros, sin graderías, al natural en medio de los árboles que le da un esplendido aspecto de naturaleza.

          Hace muchos años que había viajado en compañía de mi familia, más bien a San Cristóbal Verapaz de donde era originario Don Juanito Medina. El paisaje era espectacular y rodeado de mucha naturaleza y clima particularmente sabroso, todo eso lo podíamos ver a través de la ventana del Hotel, que era de estructura de la Colonia, como en la Antigua Guatemala.

          Hicimos las maletas y nos recogieron para nuestra primera aventura, recorrimos muchos kilómetros en un micro busito, con dos parejas mas hasta llegar a un hermoso lugar con riachuelo que corría a través de la ladera de una montaña. Un puente a la antigua que nos conducía a una caseta, de donde partía el tours a las Grutas del Rey Marcos, en San Juan Chamelco, municipio de Alta Verapaz. Se nos proveyó del equipo necesario, casco con luz de batería, botas de hule y un cúmulo de recomendaciones, concernientes al caso. Luego en compañía del guía, fuimos trasladados a la entrada de la gruta.

Era una entrada pequeña, por donde una sola persona puede penetrar cuidando de la cabeza por las prominencias que existen, humedad, mucha humedad, un pequeño torrente de agua a los pies que corría hacia las afueras. Agachados y hasta arrastrándonos, penetramos por el pequeño agujero hasta llegar en unos cinco metros adelante a una sala mucho mas amplia y oscura. En ese lugar recibimos la información de las estalactitas de formación irregula que existen allí, que tienen semejanza a formaciones como las torres gemelas de Nueva York y que ya no existen, La torre de Pizza y de varios monumentos semejantes, a otras formaciones que a través del tiempo han sido homologadas a animales y formaciones naturales.

El agua seguía corriendo a nuestros pies, continuamos nuestro recorrido hasta pasar a otra sala, menos grande, pero igual de hermosa, se respiraba humedad por todos lados, penetramos a mas lugares y cada vez el espacio era mas reducido y difícil de penetrar, con la luces de las linternas de los cascos hacía que se visualizaran, muchas formaciones producidas por la naturaleza en el interior de la cueva.

          Mas de algún raspón o pequeño golpe, acarreamos en las rodillas pero la gozamos en el corazón de la montaña, por supuesto al regreso y hacer la devolución de los aparejos, pasamos a la compra de los consabidos souvenirs.

          Mas allá de la visita de la gruta el paisaje que se observaba invitaba a pasear por los alrededores y tomar algunas fotografías del riachuelo, los gansos y patos, unos puentecitos de madera, dibujas caídas de agua y exuberante flora.



          El segundo día se inició con frescura, el sol radiante nos apuntaba, bajamos a desayunar, ordenamos los alimentos y dimos un recorrido por el área, siempre para estar bien orientados y curioseando.  Al finalizar le comida:

--- Y mi cartera? – dijo Sofía.—si yo la deje sobre la silla –

Fui a llamar al camarero, a quien se le hizo el interrogatorio respectivo:

---Lo siento Señora, no la he visto---

-- No puede ser, si yo la tenía…., Por favor llame al gerente. ¡No puede ser!---

Incluso los otros comensales se quedaron extrañados de la gran alaraca que producía.

--- Soy el Gerente de turno. En que le puedo servir Señora?.—

          Sofía le comento con pelos y señales de cómo había dejado su bolsa, que había desaparecido y que no sabía que estaba pasando.

-- No será que la dejó en su habitación.---

          Fuimos en ese instante a revisar la habitación y le dimos vuelta a las chamarras, debajo de la cama y por todos los rincones.

--- ¡ NO ESTA……! Y AHORA… Pisto, tarjetas de crédito etc. Hay que avisar.

          Volvimos al comedor para hacer mas averiguaciones y tratar de hacer comunicación con los Bancos. La duda persistía y la bolsa no querría aparecer.

--- Señora, insisto, no la dejó en su habitación…. Si nos permite vamos a ir con ustedes a revisar el cuarto….

--Ya la revisamos con mi esposo y no está allí.---     

          En fila india subimos hasta la habitación, se removieron de nuevo las sábanas, se movió de lugar la cama, la mesa de noche, el pequeño closet. etc. y nada….

Estábamos a punto de abandonar la habitación, cuando el gerente se acercó a cerrar la ventana y al remover las cortinas sobre la base de la misma, que creen. Allí estaba la cartera.

--- Será esta --- dijo con una sonrisa en la boca.---

--- Hay….!!!, si esa es, que me iba imaginar que se hubiese quedado detrás de la cortina…--- y se dirigió al gerente y efusivamente le dio un beso en la mejilla, para patentizarle las gracias.—

          Vaya clavo de Doña Sofí, que se sentó en la orilla de la cama a meditar.

--- De verdad que Dios es grande…. Uno a veces piensa mal de las personas sin saber que uno es el culpable de no fijarse…..---

          Dejemos los clavos seguidamente salimos en pura infantería hasta la oficina donde se iniciaban las visitas, donde se nos encomendó a un joven, para hacernos la visita de la ciudad de Carlos V, el mercado de artesanía, el parque principal, el cabildo y lo mas importante la visita al Calvario. Como de a ciento cincuenta escalones para llegar a la cumbre, con todo y la lengua de fuera, pero disfrutando del paisaje llegamos hasta la pequeña iglesia. Allí se celebraba Misa, en Kek’chi, Y todas mis paisanas con sus coloridos trajes típicos y blusa blanca se arrodillaban en el interior.

          La vista en el lugar era soberbia todas las casitas allá abajo, de techo de teja, que se aglomeraban a la distancia, el humo de las cocinas demarcaba el paisaje multicolor del poblado. Venía entonces la segunda caminata aunque ahora para abajo, se nos mostraron algunas tumbas de personas importantes de antaño que permanecía enterrada en las laderas de la montaña del Calvario, axial como los pequeños altares manchados de hollín color negro donde fueron colocadas candelas o veladoras por los creyentes.

          Desembocamos entonces en la calle, donde tuve la oportunidad de hacer una fotografía de hermoso paseo del Calvario de Cobán. Muy pronto nos dirigimos, siempre a pie, hasta una finca donde se cultivan orquídeas, un vivero de lo mas hermoso, que juntamente con el clima templado le da una especial hermosura al ambiente. De este recorrido pasamos al lugar del mejor café del mundo, Tostaduría y Beneficio de la familia Dieseldorff, que para nuestra desgracia se encontraba cerrado, por lo que tuvimos que regresar a tomarnos una tasita del Capeu lugareño y de vuelta al Hotel para el Almuerzo.

          Ese mismo día tomamos un taxi y con la idea de la aventura salimos de buscar a mis familiares, mas bien a mi prima a la Tina, La Tina Medina, la rezadora, como la conocen, menos mal que preguntando y haciendo mil piruetas, dimos con la casa y que bueno ella estaba allí. Fue una mayúscula sorpresa para ella. Allí charlamos un poco, con su hijo, con Polo su esposo y por supuesto con la Prima, de las pocas familiares del lado de mi papá.

          Otra vez salimos en el busito, hacia aventura, a la bella excursión jamás ejecutada a las Grutas de Lanquin. Donde el verde Río negro nace de las entrañas de la tierra y de galanes borbollones emerge elegante de los adentros de las cuevas. A belleza increíble, el sonido espectacular del paso del agua se hace escuchar con la armonía de la selva, con pájaros cantantes de melodía milenarias que le dan un marco de paraíso, al portentoso caudal de agua límpida.

          Las grutas de gran tamaño, cuyo interior permite su paso, acompañado por personas que conocen dibujan la reverencia de los orígenes mayas de ese templo natural, con múltiples luminarias y pasos arreglados con tablones de manera, lo van llevando hacia su interior a contemplar la maravilla de las formaciones de piedra. Lugares santos de altares de los antepasados que aun respiran el olor a humo del pom con formaciones de figuras estilizadas que en contraste con la luz forman como figuras espectrales fantasmagóricas estampadas en las paredes de las grutas. Se queda uno solazado por tanta grandiosidad.

          Vaya si no salimos de la caverna de la magia Lanquín que significa para dirigirnos hasta Samuc Champey, donde el río se transforma en una escalinata de agua, de toboganes naturales que transportan a un rincón paradisíaco, en la parte superior se forma un embudo donde el torbellino de las aguas se introduce a un túnel de fuerza inmensa que según dicen desemboca 3 kilómetros mas abajo, sencillamente espectacular. En el remanso del río donde a sus orillas se cuenta con varias piscinas naturales que desembocan en pozas mas pequeñas donde se permite un baño de agua mas que fría, helada, que en ciertas posiciones caen como regaderas sobre los bañistas, que tiritan pasa soportar la temperatura. Algo inolvidable por el paisaje, como por lo frío de las aguas, ese masaje de aguas heladas producen un relajamiento tal que el viaje de regreso no se siente.

          Este ejemplar río recorre con sus serpentinas un basto territorio de los Kek´chi, pueblo que fue conquistado por la religión y Fray Bartolomé de las casas y muestra su sutil belleza por donde se le quisiera ver, la flora exquisita, el ambiente acogedor y sobretodo la increíble belleza de los parajes, selvas y ríos.








jueves, 19 de mayo de 2011

28. PERDONEME JOVEN... ¡YA ESTOY JUBILADO!

           Me encontraba sentado en una de las bancas, una de las largas bancas de madera, donde enfilábamos unos cincuenta fulanos, que cuchicheaban a todo lo largo; eran acaso las 7 de la mañana, la mayoría nos encontrábamos enchaparrados, ese día amaneció helado, temperatura usual para el primer mes del año. Como tal era mi primera experiencia, larga cola en lo que se llamaba primera consulta, y habían unas cuantas personas delante de mí, quienes platicaban incansablemente, mientras resoplaban sus manos para calentarlas, comentaban la vida y sus peripecias, allí se escuchaban toda clase de comentarios.

--- Ja…, aquí ni porque uno viene temprano lo atienden rápido, verdad, usted? ---comentó una señora octogenaria., que se envolvía en un herraje color gris, que le caía mas debajo de la rodilla.

---Figúrese que el otro día: ¿acaso me querían dar la medicina? --- le replicó la señora de adelante.

---Y a mí --- dijo otra --- No me lo van a creer, chula, que después de hacer semejante cola en la farmacia, me enviaron a que me firmaran las recetas con el director, allí no solo se tardaron en entregármelas, sino que después de que me habían dicho que ya no hiciera cola, el mentado policía, acaso me quería dejar pasar, ja pero como yo no me dejo, le dije unas cuantas y luego me fui a quejar!---

--- Eso si, si uno pierde su cita o se aparece a dis tiempo, no le dan número, lo dejan a usted de último y para otro día, como que uno no tuviera que hacer en su casa. Hasta mala cara le hacen a uno.---

---Y sabe que las citas que están poniendo ahora es para tres o cuatro meses, como quien dice haber si uno llega.---

--- Lo mas chistoso es que, ya oyeron los anuncios que se echan en el radio y la tele…, babosadas, que lo atiende re-chulo, que lo tratan bien, hay una vieja que sale diciendo, que le dan las citas mas seguido, pero saber donde, ya quisiera verla haciendo cola desde antes de la seis de la mañana.---

          La cola caminaba pausadamente, acercándose a la baranda color negro, en la cual una señorita secretaria manejaba cartones, números papeles y otras cosa, como cartones de lotería; se ponía de pié y con un carnet en la mano gritaba:

---¡Don fulano de tal!... ¡Don fulano de tal!--- luego alguien al final del salón, repetía el estribillo, como el eco….

--- Aquí voy señorita, presente---

---Mire don fulano, como que se le pasó la cita, aquí dice 9 de enero, eso fue antier.-

---Figúrese que si, pero es que vengo de lejos, de poray por San José del Golfo y además ya se me terminó la medicina.---

---Eso si que no es culpa mía, pero lo mas que puedo hacer es, que si alguien falta de los citados de hoy, lo podrán ver, pero tendrá que esperar… si tiene suerte, sino tendrá que pedir una nueva cita, o venir otro día.---

---Pero será que me ven hoy?---

---Ya le dije, es probable y además con un poco de suerte.--- indicó despectivamente ---¡el siguiente!---

          Al fin me tocó el turno, entregué la papelería sin decir palabra. Tomó mi carnet, mi cédula de vecindad, una hojita de datos, un cartón con el No. 12 y me dijo:

--- Nuevo, ¿verdad?, Ok, pase al otro lado, en la vitrina del fondo, allí lo van a llamar para documentarlo --- y  me  repitió, como  que si yo no había entendido --- allí lo van a llamar para documentarlo---

---Lotería--- me dije---al fin

          A todo esto eran las ocho de la mañana, me dirigí hacia donde me habían indicado, en ese lugar había un rótulo que rezaba, ADMISION, se atiende de 8 a 12; un grupo de personas, viejos por supuesto, ya se encontraban amontonados frente a la ventanilla, un señor con un bastón en el que se recostaba se había posesionado del primer lugar y otras cuatro personas le rodeaban apretujándose y no permitía que nadie mas se acercara. Mas allá de las 8:30, se asomó con toda ligereza una señorita (digo mejor seño, para no equivocarme de estado civil o virginidad), quien antes de entrar al cubículo, indicó mandatoriamente.

--- ¡Por favor señores, no quiero a nadie junto a la ventanilla, cuando me traigan sus papeles, yo le voy a llamar por su nombre y en el orden correlativo de los números que les entregaron, aquí no se hace cola, pasen a sentarse a las bancas si son tan amables!---

          Pero como que si no hubiera dicho nada, mas personas se apelotonaron alrededor del señor del bastón, quien estoicamente ni se movió, al contrario, intentando meter la cabeza por el agujero de la ventanilla, insistió en abocarse con la encargada.

--- Si no hacen caso de las advertencias, no les atiendo.----Reiteró la secretaria

---Pits… señorita, mire, yo estoy aquí desde muy temprano, así es que me atiende de primero --- dijo en tono imponente---quiero que me de inscripción, vengo desde San Rafael, salí a las cuatro de la madrugada, y así es que…---

--- Para empezar, como que no escuchó lo que dije verdad?, haber Ya fue a sacar número?

--- No es aquí donde lo inscriben a uno, pues --- replicó--- aquí es la admisión o no?, a mi me dijeron que tenía que llegar a la admisión y aquí estoy ---

--- Si señor, pero primero tiene que sacar número, para atenderlos en orden--- señalándole la baranda del frente ---Mire, allá con la señorita de saco gris, en la baranda negra, ella entrega los números y luego me pasa los papeles ---

---¡Ah, que desgracia!---quitándose el sombrero y sacudiéndose la cabeza, vociferó ---porque no le dicen a uno, de balde viene uno temprano…., ya viste que te lo dije--- se dirigió a una señora que le acompañaba ---todos estos del gobierno son una mier…---

          Mientras tanto la secretaria con toda lentitud, sacó su maquina de escribir, tomó unos papeles que extrajo de una gaveta, se quitó el suéter y se sentó cómodamente en su escritorio. Y cunde el pánico de la desesperación, en ese momento como avalancha se deja venir la gente hacia la ventanilla.

--- Ya les dije que mientras no me traigan los papeles, quédense sentados, no se vengan a poner encima, porque lo que va a pasar es que no les voy a atender.---

--- Señorita --- se acercó un señor que era de los que hacía valla--- será que ya nos va a atender.---

---Usted como que no me oyó ---respondió la secretaria, tomándose el cabello --- mejor ya no les digo mas, ¡se esperan! ---

          Al cabo de un rato se acercó una señora con una caja de madera, donde se podían ver los carnets de afiliación y el resto de papelería con sus respectivos numeritos.

--- Ahora si!. Fulano de Tal --- dijo la secretaria.

---Si…. Soy yo, que…dice! --- mientras se acercaba a la ventanilla, metiendo la oreja izquierda sobre el mostrador.

          Le efectuaron el interrogatorio, le preguntaron de todo y anotaron no se cuantas cosas en un papel, la máquina de escribir traqueteaba mientras recibía las respuestas, al terminar le enviaron a otra oficina.

---Allí espera en la puerta a que lo llamen.---

---Abelina Gómez Rosa.---

--- Presente --- respondió una anciana, que era llevada en zopilotillo por dos hombres presumiblemente sus hijos.

--- Doña Abelina, cual es su nombre completo ---

---Abelina Gómez Rosa ---

---Fíjese que tengo un problema con usted, fíjese que ese nombre es el que viene consignado efectivamente en su cédula de vecindad, pero en su tarjeta de afiliación y el carnet dice Abelina Rosa Gómez, entonces yo así, no la puedo documentar….---

--- Como de que no --- argumentó uno de los hijos --- acaso ella no se llama Abelina, eso de los apellidos no es problema ¿verdad?---

---Pues claro que si, ese es el problema, ya que al identificarla con su cédula, no coincide con el nombre del carnet.---

---Mire señorita --- con tono imprudente---pues si eso no coincide no es problema de mi mamá, pues quiere decir que la tarjeta de afiliación, que fue hecha por ustedes en las oficinas centrales está malo, por lo tanto ustedes tienen que ver como resuelven el clavo.---

---Permítame joven voy a consultar con mis superiores.---

          Se levantó y se desapareció por largos veinte minutos, entonces apareció acompañada de una señora de blanco y mala cara quien encaró a los quejistas.

---Que yo me voy a quejar a la dirección, es una barbaridad, mi madre está enferma, apenas puede caminar, tiene que aguantar estos atropellos, etc….---y la discusión y el parloteo se dejó escuchar por largo rato.

--- Haroldo Medina --- gritó la secretaria, un tanto despeinada y acalorada por la discusión--- Número 12---insistió.

---Al fin--- me dije.

---Haroldo que… déme sus datos generales.

          Llenó una serie de datos, en un papel, luego elaboró el carnet, apuntó en un libro, chequeo la papelería y luego me indicó que pasara a hacerme la ficha social, me señaló hacia la siguiente puerta donde se encontraba un rótulo de Servicio Social. Alguien salió a mi encuentro, me pidió los documentos y me llevó hasta su oficina, luego me indicó que tomara asiento y que no tardaría mas de diez minutos para atenderme, salió a dar una vuelta, como que ya era hora de la refa. Llegó nuevamente y me indicó, en seguida lo atiendo.

--- Haber, Haroldo Medina, ¿cuantos años tiene?...---

--- 51--- le indiqué…

          Procedió entonces a escribir en un formulario de tres hojas, donde ya estaba escrito mi nombre, número de afiliación. Sin mediar palabra continuó llenando los espacios en blanco.

--- Permítame un segundo --- se levantó a atender a una persona que le hacía señas desde la puerta de la oficina, se le acercó charló unos segundos con él y luego regresó a la “entrevista”.

--- Discúlpeme, pero a los médicos hay que atenderlos…---

          No se si lo dijo por el personaje que había atendido en la puerta o a lo mejor lo decía por mi, bien…, no creo, pues en el espacio del formulario donde decía profesión había escrito JUBILADO.

--- En que estábamos, Ah! Si cuanto recibe de jubilación.---

--- Mil novecientos, pinches y devaluados quetzales.---

---En que institución del estado trabajaba?---

--- En Salud Pública…. Como médico.---

---¡Médico!---dijo sorprendida y regresó a la primera hoja del interrogatorio, donde tacho la palabra jubilado a secas y escribió doctor. En ese momento entendí que lo que había escrito se lo había inventado o imaginado.

--- Casado… verdad?---

--- Por supuesto---

          Por encima de las rayas, coloco iniciales y una C al final de la cartulina, Enfermedad común y no se otras cosas mas.

--- Muy bien dóctor, ya está lista su ficha social, ahora con su carnet, se va a la clínica #12, para que le anoten su cita.---

          Entonces me dije, a lo mejor las descansadoras sociales piensan que como uno se encuentra en situación de retiro, debe de tener todo el tiempo del mundo y por lo tanto las cosas se mueven más lentamente.

--- Ja, Ja, Ja…..--- se dejó escuchar en el salón, la sonora carcajada hizo que todos los presentes volteáramos a ver, el señor de la camisa de lana a cuadros, se encontraba contándoles una de vaqueros a un grupo de conocidos.

--- Fijate vos, cuando era yo el asistente de los ingenieros de caminos, puches vos, no pasaba una semana sin que nos sucediera alguna aventura, mirá pues, para que te cuento.--- tomándose con la mano izquierda se arremangó la camisa.--- una vez andábamos una vez por … delante de San Martín Jilotepeque, en uno de esos picops de los que dio la AID, pues andábamos metidos en la montaña, junto a otro cuate, el Andrés… se recuerdan de él… aquí no hay donde tocar madera, que Dios lo tenga en su seno y que mis palabras no le hagan ruido; era así como las 6 de la tarde, cuando delante de nosotros, ni les digo, se nos atravesó un venado, así de grande, bien, adelante se quedó parado encandilado por las luces del carro; saltó de la cabina con la escopeta que cargaba en la mano y zas que me lo echo…

---Ya me acuerdo --- le interrumpió un de los oyentes --- Ja, Ja, la vez que con el golpe del escopetazo, te caíste en un charco de lodo y el venado hasta se rió de vos, Ja, Ja, porque ni le pegastes.---

--- Como de que no --- mostrando malestar --- ni que yo fuera cuentero, como a 100 metros adelante lo encontramos muerto.---

--- De veras que sos charadero, lo que cuentan y eso si que es cierto es que no era venado, un pobre macho viejo, fue el que se tronaron o bien eran de los envasados que se te cruzaron.--

          Amena era la charla del grupo y cada vez se acercaban mas personas, a todo esto llegué hasta la secretaria de la clínica a quien entregué la papelería.

--- Su cita es para el día 18 a las 8 en punto.---

          Llegué antes de las 7, ya había cola para entrar, adentro otra, para sacar número y luego con la secretaria de la famosa clínica #12, en el salón que se encontraba atiborrado, no había un solo lugar donde sentarse, todo el mundo desperezándose o haciendo charla agrupándose para mantener el calor, por el otro lado enfermeras que entran o salen, conserjes, etc. la secre ni de asomo, a eso de las 8:15 se aparece una enfermera con unos sobres en la mano.

--- Número 1, pase por aquí, le voy a tomar su presión--- ya en el interior --- Haber súbase a la pesa…, quítese la camisa, siéntese aquí --- le toma el pulso y la presión --- arréglese y vuelva a la sala de espera, lo van a llamar por su nombre, cuando venga el doctor; hágame el favor llámeme al #2.---

          Ya son mas de las 8:40, al fin y no de muy buena gana se aparece el galeno, pasa saludando a la secretaria, entra al consultorio, en un momento sale con una bata blanca en la mano y se desaparece por el corredor, 10 minutos mas tarde, regresa con una bata limpia, la que se pone haciendo los comentarios matutinos con la enfermera, se sirve una tasa de café y penetra al cubículo en espera de su primer paciente a todo esto ya son las nueve; pero como somos jubilados y tenemos todo el tiempo del mundo, algunos se desesperan, otros bostezan, se escucha un ronquido por allí, otros se mueven o sacan sus botes de jugo o leche para quitarle ruido a la tripa, otros mas buzos se sientan en el suelo, la cosa es que no se ve que halla movimiento. Uno de los desesperados se acerca al escritorio.

--- Seño, será que ya iremos a pasar.---

---Paciencia, que ya les va a tocar, ya lo vamos a pasar, vamos por números.---

--- Si, pero apenas llamaron al #2.--- luego dirigiéndose al vecino --- présteme su prensa don…. Que esto va para largo.---

          Cada vez se aglomera mas gente en el salón, ya se empiezan a escuchar las quejas de la concurrencia, murmullos etc. Las colas no caminan, es que hay como tres clínicas aquí. Una señora de canas se me acerca:

--- No le interesa --- me muestra una paleta con lija en los dos lados --- para limar los callos, tan solo a tres quetzales.---

--- No gracias --- bueno me asustó, mas bien me tomó de sorpresa, luego se dirigió hacia donde se encontraba un grupo.

          En fin la cosa como que no camina, la mayoría ya han hecho por lo menos una visita al baño, caminan para estirar las canillas o tirarse un pedo, porque de todo se ve, o mejor dicho se huele… vaya para ajuste de penas pasando el #3, cuando se escucha en los altoparlantes.

--- A todo el personal médico, presentarse a la dirección ejecutiva a una reunión de trabajo.--- ¿Reunión de trabajo?, me pregunté, el altoparlante repite la orden y como por arte de magia, cual sonámbulos a media noche, los grupos

de médicos con sendas batas blancas, salen empujando de sus clínicas y se dirigen a la oficina del director.

--- Corre y va de nuez, como los jubilados tienen tiempo de sobra, que aguanten y esperen.-

          Media hora mas tarde se restablece el orden y continúan los llamados  y empiezan las consultas. 

          Me tocó a eso de la 11.30 AM, estoy dentro del cubículo de la clínica:

--- Haber don Haroldo por que viene.---

--- Soy asmático crónico y me tenían bajo tratamiento cuando asistía a la periférica de la zona 6---

--- Que tratamiento está recibiendo ---

---Ventolín y quibrán.---

--- Muy bien, yo le voy a dejar lo mismo,… alguna cosa mas---

--- Soy hipertenso y estoy tomando Isoptín.---

--- Yo le doy la receta --- revisa el expediente--- su presión está bien…, los exámenes aquí están.---

--- Si tengo la azúcar alta, estoy controlándome con dieta.---

---Está verdaderamente alterada, mejor le dejamos unas pastillitas para eso….algo más.---

--- Solamente --- Como que si fuera poco, pensé, asmático, diabético, hipertenso y encima de eso viejo.

--- Bien destápese el pecho, le voy a escuchar el corazón, haber si…los pulmones algunos pillidos nada mas, resto OK.--- se sienta y escribe --- le voy a mandar a repetir todos los exámenes, radiografía de tórax, electrocardiograma…, haber aquí están sus recetas, lo veo aquí en un par de meses, que le vaya bien.---

--- Gracias, --- entonces pensé, por lo menos me vieron y me dieron la medicina, cuanto estuve allí, fácil unos diez minutos y luego a escupir a la calle.

          Ojo que me queda una cola por hacer, la de la farmacia, hijos son chorros de gente, la cola desciende por una rampa que va a los parquéos en las afueras del edificio, está cubierto con una lona para proteger del frío. Allí le pasan ofreciendo rarefacción, chuchitos, dulces, panes con chile, atol de elote y cuanta cosa se le ocurra a uno.

--- El siglo…. Al día,  la Prensa… Sucesos, vea como desollaron a un fulano en el Mezquital.---

          Unos se estiran, otros se soplan las manos para darse calor, otros se sientan, otros se empujan, pero la cola no camina. La señora que va delante de mi, no deja de hablar, parece taravía, planta de maestra, tiene.

--- Y a la fulana --- dice --- y sabes que la dejó el marido, se le fue para los Estados Unidos.-

--- Imagínese usted, y los hijos que?.---

--- es que los hombre ya ni madre tienen, cualquier excusita y se safan los desgraciados.---

--- Cola…, Cola…--- y se transmite como pólvora desde el principio de la fila.

--- Díganle al policía allí, que haga algo, no solo paradote, que no joda que no deje que se cuelen allá adelante.---

          Ya voy para afuera con sendas bolsas de manila, con toda la medicina que me recetaron, menos mal que no me tocó lo que a muchos, que tienen que llevar a que le autoricen las recetas, en la dirección, y a veces les toca hacer mas de una vez la cola. Se me había olvidado, tengo que regresar a que me pongan cita, en la clínica de Cardiología…. Para mas fregar, resulta que el médico me indicó, cita en dos meses, pero la secretaria me puso cita para tres, porque todo está lleno, con la salvedad de si se me termina la medicina vengo ha hacer todo este calvario,  hijos, la cita de cardio, para 6 meses, haber si todavía estoy vivo para esa época. Que le vamos ha hacer.

27. EL INICIADO

 -- Hoy nos toca contar la historia, de cuando nos tocó conocer al novio de la Lulita.--

Se recuerdan.....

-- Los muchachos, yernos y cuñados, habían preparado en casa, una bienvenida, las ideas de Memito, el yerno mayor, que aprovechando su visita de las tierras del tío Sam, New Orleans, se encontraba en Guatemala de purititas vacaciones.

     En el último viaje a la costa del Pacífico, el Hawai, Chiquimulilla, la familia había traído una tortuga y para una ocasión especial como esta, se había convertido en el plato principal del almuerzo.

    En torno de la mesa grande del comedor, nos encontrábamos prestos iniciar la faena del almuerzo, como se pueden imaginar con los aperitivos respectivos.

-- Aquí está su caldito de tortuga, Héctor -- dijo Doña Sofi, suegra de la prole.

-- Gracias doña Sofi --

     Y a cada uno de los presentes, se nos proporcionó suculento plato de quelonio, con todo y sus verduritas.

-- Pásenme el chilito -- dijo Julio el cuñado.

Dos, tres, cuatro cucharadas repletas de chilito chiltepe, fueron a nadar al caldo.

-- Apenitas pica --

-- Haber compadre -- me indicó Héctor -- sírvase otro RUSO

-- Aunque sea de Venadril -- respondí.

     He de les, que ya una botella de guaro había ido a formar parte de los envases vacíos; las rondas de algarabía eran de chiste, anécdotas, historietas de la Huelga de Dolores. En esas estabamos, cuando a través del dintel de la puerta apareció Alfredo, el negro, como cariñosamente le conocíamos, él era el novio de la Lula; presto con guitarra en mano; alegre, talvés inocente, pero buena honda.

-- Hola, como que ya llegué tarde.--dijo

-- Tarde nunca, retrasadito talvés,  Pásale, vení, hechemonos un traguito, mirá que doña Sofi se preparó un caldazo de tortuga.-- dijo Héctor.

-- Haber, sentate aquí, a la par mía.--

     Alfredo dejó su guitarra en un de los sillones de la sala, saludo al resto muy cortésmente y se sentó, espaldas a la puerta; casi de inmediato Silvia le atendió, sirviéndole un plato de caldo.

-- Haber Héctor, sírvale un trago, al futuro cuñado -- dije.

-- ¿Estará bien así? -- indicó memito, mientras le servía casi medio vaso de guaro blanco -- ¿con Coca? --

-- Gracias SI -- contestó El Negro.

-- Entonces pues, digamos salú, por el recién llegado y a punto de hacer su ingreso al clan -- rompimos a carcajadas, mientras Alfredo ingería el licor, haciéndole caras mientras transitaba por su garganta.

-- Uffff!, está fuertesito --

-- Fuertesito, pero pasó, verdad? --

     Entre risas y carcajadas historietas jocosas, disfrutábamos del momento como una gran familia; mientras tanto Memito había iniciado su aventura del Caldo, tomaba su cuchara y empujaba cada pedacito de la carne de tortuga hacia la orilla del plato, escogía las verduritas y timidamente tomaba de cuando en vez un sorbito de sopa; cuando alguien se daba cuenta; tomaba una cucharada completa con todo y todo y decía.

--Está muy Rico Doña Sofí --

-- Le sirvo otro poquito, Héctor --

-- Mejor mas tardecito, a lo mejor se me calienta el Ruso -- Cuando nadie observaba empujaba el plato al centro de la mesa y disimuladamente tomaba una papalinas o manías.-- Digamos salud muchá, que será que ustedes se los hechan muy despacio --- Salud -- contestamos en coro.

El tono de la conversación y de los chisters iba en aumento; una vez llegado el momento de la sinceridad.

-- Bueno Alfredo -- dije -- Para cumplir con la tradición y abonar a la cuota de ingreso deberá tomarse un trago con cada uno --

La mentada tradición era que con cada uno de los miembros varones de la familia debía tomarse una onza de licor, en forma consecutiva, sin mucha soda, a fin de que al final de la ronda ya se encontrara a tono. Le servimos el primero y cantamos en coro.

          -- __ Tómese esa copa, esa copa de vino

             YA se la tomó, ya se la tomó,

             Ahora le toca con el vecino __. --

La operación se repitió, con Julio, con Leonel, con Héctor,  conmigo; en cada brindis, hasta ver a Dios, se le repetía el estribillo:

          -- __ Tómese esa copa, esa copa de vino

             YA se la tomó, ya se la tomó,

             Ahora le toca con el vecino __ . --

-- Nada, que se la tiene que terminar, Otra vuelta, otra vuelta -- repetíamos con mas vehemencia.

    Y se inciaba otra ronda, después de la segunda rueda, la reunión estaba lo mas candente, todo habíamos llegado al plano etílico que correspondía; se había brindado por la Huelga de Dolores, por el suegro en su ausencia, por todos y cada uno de los del grupo y hasta por la tortuga, víctima inocente de la bienvenida

-- Compadre -- me indicó Memito -- Usted llame a la clínica, que por razones de fuerza mayor, No va a llegar a atender, y si se le compone una señora, yo le ayudo.--

     Alfredo se encontraba en su punto, por lo que acto seguido, se le procedió a condecorarlo; Agarré dos tapitas y les quite el corcho de su interior, se las entregué a Héctor, quien tomó la palabra.

-- Negro, esto te acredita desde este momento que sos aceptado por el Clan -- y le colocó la corcholatas en el pecho --

-- Tráiganle la guitarra, es hora que empiece a amenizar la tarde -- dijo Julio, con un vaso en la mano.

    Silvia que había presenciado todo el acto, alcanzó la guitarra y se sentó a la derecha del Negro. Alfredo tomó el instrumento, he hizo varios intentos de como que la afinaba, se la acercaba al oído y sonaba las cuerdas, para oir el tono; la silvatina y el relajo no se dejo de escuchar.

-- Dejate de cuentos vos negro y tocá -- dijo Julio.

-- So-lo, que le agarre el to-no --respondió Alfredo que ya se le había ido una de mas.

    Se hizo silencio, y todo el mundo atento; aun Doña Sofi, la Chiqui y la muchacha habían salido de la cocina con el fin de escuchar el concierto. Charranguiando o mejor dicho disque acariciando las cuerdas, sobre la caja de resonancia, el Negro dijo:

-- La que siem-pre les gus-ta; y dice a-si:

__ -- el acorde de la guitarra -- Quu.eee tris-te, ... se oooye mi gen-te.....-- con hipo -- en las ca-sas de car- toooon.... --

     Y el bohemio calló, cayó sobre el regazo de la Lulita, y no se dijo mas una palabra o canto; Cayo de socado y la guitarra se deslizó al suelo; el cantante había entrado en mutismo y pelo cables......

-- Es que le dieron mucho trago--

-- No, es probable que le diera el aire --

-- Vos, negro no te nos vas a zafar ahora; ve pues la mejor mula se me está echando.-

-- Hasta la música se terminó,--

-- Julio, porque no vas a traer a los Marachis -- dijo Oralia

-- después --

-- Los mariachis Julio, hagamos contribución, que alegre; los mariachis, los mariachis.--

-- Hay pobresito -- dijo la Lula -- Y ahora como hacemos para llevarlo a su casa.--

-- No tengan pena, ni se preocupen, yo lo voy a ir a dejar, Haber acompáñenme, Haroldo y Leonel, a memeches, --

     Y en calidad de bulto lo introdujimos en el carro del cuñado y a casita de Alfredito

-- Ding, Dong -- el timbre.

Abren la puerta:

-- Buenas noches Doña Delia --

--Hay que le pasó a mi muchachito, enfermo me lo traen --

     Sin decir palabra entramos hasta la sala, con Alfredo en zopilotío, arrastrando los pies, que de paso se llevó trabada una alfombra, lo dejamos caer pesadamente en uno de los sillones.

-- Buenas noches Doña Delia -- nos despedimos.

-- Buena mano el negro.-- me dije.