martes, 29 de noviembre de 2011

43. ¿DE QUÉ MURIO MARGARITO? *

       Desde que nació fue abandonado por su madre, ella, una trabajadora del sexo, que por asares del destino resultó embarazada de un desconocido. Recién nacido fue rescatado y criado por una mujer, madre soltera, que se dedicaba a los oficios domésticos y lo dejaba todo el día al cuidado de una niña que contaba con apenas siete años, la mayor de sus cuatro niños.

La mayor parte de los primeros tres años de su vida  la pasó desnudo, sucio y casi sin comer, solo, desnutrido, cargado de lombrices, cubierto tan solo con una playera llena de agujeros y descalzo; aprendió a extender la mano para pedir limosna. Solo Dios que es grande le salvó de dos episodios de asientos y  una que otra buena gripe.


          Por supuesto que no fue a la escuela, era como perder el tiempo, debía de procurar el alimento de sus hermanitos, además de una recién llegada a quien se la habían dado a su cargo. MARGARITO se llamaba, nadie sabe si así aparecía en el registro, total sin apellido; los ratos de ocio los resolvía escondiéndose en un rincón de la covacha hecha de cartones a la orilla de un barranco.
      
          Callado introvertido y ensimismado pasó el resto de lo que se podía llamar su infancia, sobre todo resentido, sin encontrar respuesta a sus problemas a los ocho años de su existencia. El marido ocasional de su madrastra, un día se presentó borracho, después de darle una paliza, abusó de él, convirtiéndose entonces en la entretención del desquiciado; por supuesto hastiado de esto, se armó de valor y un día huyó, dejando al olvido todo aquello.
         En la adolescencia que transcurrió en medio de sus temores y falta de definición, preferencia, tímido de carácter retraído, le provocaron dificultad en la obtención de empleo, término limosneando centavos y sobras de comida. Fue capturado en una redada por vagancia y la fue a tener a una correccional de menores, donde se vio forcivoluntariamente incorporado a una mara.

 Aprendió de los vicios, el cigarrillo, el guaro, la marihuana, el pegamento y de los lineasos de la buena; sus preferencias sexuales y sus inclinaciones fueron cada vez mas fuertes, a tal grado que terminó por enamorarse del jefe del grupo, quien además de aprovecharse de él, lo compartía con los demás compañeros a cambio de pequeños favores y de droga, con el tiempo fue sustituido por otras parejas sexuales, nuevamente abandonado y desahuciado.

           De nuevo en las calles y con menos esperanzas a los veinte años, que cualquier joven de su edad, se convirtió en noctámbulo de las esquinas de la mas famosa quinta avenida, donde acuden los que buscan compañía de amor, sexo,  respuestas, escape, diversión sin límite, en fin necesidad para el, como sustento, el pan de mañana.

           Cayó varias veces, en la cárcel, donde par no hacer trabajos desagradables , como cubetear y limpiar letrinas, usaba sus encantos y su cuerpo para obtener una que otra prebenda; teniendo en ocasiones que soportar la degeneración y la violencia de sus carceleros, quizás eso le permitía mantener su integridad física o su vida.

           Dormía durante el día en soledad, pero pernoctaba usualmente acompañado, como para ahogar sus penas, penas de un mañana incierto y un futuro sin esperanzas. Era un vivir el presente, el aquí y el ahora, nada mas, dejando escapar los años.

  Una  tarde despertó sobresaltado, sudoroso, con fiebre, se vio al espejo y se notó 10 años más viejo, pálido:

--- ¡Ah! – se dijo – y esas ojeras?.—el maquillaje a sus 30 años yo no era suficiente para disimular las arrugas.

           Le dolía la nuca, donde se palpó unas pequeñas bolitas, detrás de las orejas; nunca antes habían estado allí. En ocasiones la tos le había hecho que se ahogara, ( el cigarro pensaba ), el catarro le había durado mas de la cuenta, Las manchas que le aparecieron en el abdomen, como salpullido le irritaba y cada vez era mas difícil ocultarlas. La ropa strech, los top, los pantalones apretados, le quedaban bailando de flojos, que a pesar de su cuerpo esbelto, se dejaba ver las costillas y la prominencia de los huesos. Estaba perdiendo peso.


          Ya en los dos últimos meses no salía a la calle, la debilidad lo dominaba, se encerraba bebiendo como descosido, en soledad, comía poco y se había abandonado a la desesperanza.

Hace algunos días se quedó tirado en la calle tras una borrachera, fue recogido por los bomberos y la fue a tener al San Juan de Dios, con pulmonía.

Ayer murió, solo, oculto, tristemente abandonado en un cuartucho, olvidado hasta por el personal del Santo hospital. Hoy espera en la morgue que alguien recoja sus despojos.






¿  DE QUE MURIO MARGARITO  ?





  * Narrativa utilizada para los programas de sensibilización del Programa de VIH/SIDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario