lunes, 23 de mayo de 2011

31. DESPUES

Los aires de noviembre acarreaban hojas caídas de los sauces del camino, sentado en la banqueta bajaba mis pensamientos sobre lo que seria un encuentro con la persona a quien a pesar de conocer y amar de mucho tiempo se alejó de mí. Después de una íntima relación caminamos por rumbos diferentes, haciendo de nuestras vidas, dos rutas separadas.
Si no mal recuerdo esa despedida fue por esta época, el aire de barriletes y frío de fin de año, Traian a mi memoria esos pasos que de la mano recorrimos de ansias, alegrías y cosas lindas en compañía y que abruptamente se relegaron a intereses diferentes. Pero bien eso era hecho histórico y ahora era como un nuevo amanecer de oportunidad. Las cosas no salieron bien y ambos habíamos retomado el camino, estando en unas situaciones especiales.
Aquellas cosas que suceden, el destino nos brindó la oportunidad de encontrarnos una vez mas, Dios sabe porque.
Me encontraba nervioso, mirando al exterior en espera de la mujer que siempre significó mucho para mí. Un pantalón gris y una sacola azul era la seña de reconocimiento, ah y la blusa color blanca. Observé el reloj, las 12.39 y la tensión se hacia inminente, limpie mis anteojos, quizás para ver mejor.
De pronto, te vi. a la distancia; alzaste la mano en señal de aquí estoy. El corazón me daba vueltas y dirigí los pasos hacia tu encuentro, el tiempo no había pasado en ti, estabas radiante, bella, como nunca, nos unimos en un enorme abrazo y depositaste en mi mejía un tierno beso que me hizo recordar el pasado.
El fugaz momento se detuvo frente al tiempo, como un suspiro para la eternidad, estabas allí junto a mi y el corazón se hacia eco para salirse del pecho, ese tierno amor que aun me inspirabas y que había dejado escapar tiempos atrás. Aun estando enamorado. Una rabieta circulaba en mi mente, cuando no supe afrontar las cosas en su momento.
Este encuentro había significado mucho para mi. Tomados de la mano caminamos hacia el auto.
--- Que alegría verte, después de tanto tiempo. —
-- Si es una dicha poder estar junto a ti, la foto que me enviaste, verdaderamente no te hace justicia, estas mas bella que nunca.---
Te sonrojaste, mientras dijiste un tenue.
-- Gracias –
En medio del acontecimiento, revolviste tu cartera y con la humildad que te caracteriza sacaste de adentro una cajita envuelta en papel de regalo.
--- Esto es para ti, una cosa pequeña, pero significa, que no te he podido olvidar, es un pedazo de mi corazón, quiere decir que te quiero mucho. —
Te di las gracias, quizás debí abrirlo en el momento, pero lo postergué, tuve la intención de darte un beso para agradecértelo, pero me quede estático, y no lo creí prudente, una espera de varios años, bien valía la pena hacerla esperar.
Cruzamos la avenida y nos dirigimos a la carretera. Hubo momentos de silencio que se rompieron al preguntarte.
--- Quiero llevarte a comer… tienes alguna predilección?—
--- Pollo podría estar bien, eso si sin pico y sin plumas por favor, jajaja.---
--- Tu siempre tan jovial, esa sonrisa se te ve bien, además me dice que estas contenta, verdad?—
Sentados en el restaurante y después de ordenar, me quede viéndote fijamente a los ojos.
--- Cuanto había deseado este momento.—
--- Yo también, han pasado unos años, y no te he podido olvidar. —
Te tome de las manos, en las cuales percibí un pequeño nerviosismo, estabas fría, pero me apretabas como quien no quiere dejar ir el momento. Te sonrojaste nuevamente.
-- Que has hecho de tu vida --- preguntaste
-- Pues lo de siempre – respuesta con evasivas de quien no quiere profundizar en el tema.
-- Tu ya sabes de mi situación sentimental – haciendo una pausa – desde que nos dejamos no he podido rehacer mi vida.
-- pensé tenias una relación estable. —
-- Sabes no quiero extender el tema, este debe de ser un encuentro feliz y agradable. Y tú que me cuentas? –
-- Bien siempre trabajando y sacando adelante a mi familia. —
-- Cuéntame de tus hijas, que edad tienen?—
--- Mis hijas, la mayor 14 y la pequeña 11, son una lindura mis hijas.-
-- Si la viva imagen de la madre. —
En esas andábamos cuando la mesera interrumpió nuestro coloquio.
La charla se tornó hermosa, me hablaste de tus colecciones de piedras, del clima de tu tierra, del curso que asistías, etc. Mientras yo no podía quitarte los ojos de encima, me fascinaba verte, tu sonrisa, tu manera de actuar me hacía sentirme mas que bien. En mi mente revoloteaban todos aquellos momentos que compartimos, alma corazón y vida en el pasado, que no pasaron por gusto dejando una huella indeleble en mi corazón. Como fue que eso salió de nuestro control y nos hizo tomar un rumbo diferente en nuestras vidas. ¡No lo sé!
Tantas remembranzas, tantas cosas bellas, que habían hecho de nuestro amor algo tan especial. El destino fue implacable, mi abandono para salir a estudiar al exterior, dio como consecuencia, nuestra prolongado abandono. Después de esos años, quizás con la madures que te da el tiempo, regresé, donde me entero que tu había formalizado una relación, que te hacía feliz y estable. De pronto esto me causo nostalgia y tristeza. Pero quien era yo, un primer amor en el pasado, que nunca te pude ofrecer mas que amor. No era la pareja ideal, mi temprano matrimonio me había hecho inelegible para ti, pero las cosas del corazón no se dictan, se viven, se sufren y en alguna vez se hacen realidad.
Tomamos rumbo a la casa de estudios, donde buscamos una banca solitaria para darle continuidad a nuestra charla. El aire estaba helado y te sentaste junto a mi, podía percibir tu calor, nunca te habías visto tan silenciosa como en esta oportunidad, para lo buena conversadora que eras.
-- Sabes que este encuentro ha sido lo mas grande que me ha pasado, eres una linda persona y sigues siendo tan amable, tan especial…….sabes que tuve mis dudas de este encuentro, te digo porqué, bueno no quería abrigar nuevas esperanzas en nuestras vidas. — Bajaste tu rostro y unas lágrimas rodaron por tus mejillas -- Tu mejor que nadie sabes de mi situación, y aunque he logrado minimizar mi soledad, estoy pasando un momento difícil con mi pareja. —
-- Yo creo que esto es algo especial. Como tú me dijiste en una oportunidad anterior, Diosito te puso en mi camino… y bueno por algo. Sabes que. Puedes contar conmigo. —
-- Eres muy lindo.---
-- Hoy me he sentido A todo dar, en tu compañía te agradezco que me escuches, tu sabes no soy muy dado a soltar lo que tengo en mi corazón y tu me has abierto el tuyo, tengo facilidad, sobretodo oportunidad de contarte mis cosas y eso me da la oportunidad de decirte lo que tengo dentro de mi alma, gracias por ser como eres.-- Mis sentimientos siguen allí, mi amor esta debilitado pero aun persiste –
Me llamaste por mi nombre, como solo tu podías hacerlo, esa gracia que me hacías sentir de maravilla.
-- Tengo que decirte algo, he seguido mi vida, sola como estoy y espero cumplir con mi compromiso de sacar adelante a mis niñas. Pero hoy me has puesto una esperanza, una inquietud.--- OH. No se que pasará, estoy con penas en mi corazón espero tener paciencia y acertar de la mejor manera para sobrellevarlo, gracias por abrirme una puerta, donde yo se que puedo contar contigo. —
-- Como yo no puedo negarte que aun estoy enamorado de ti y que me llena esa oportunidad de servirte, ojala que pueda hacerlo y hacerlo de corazón. —
La tarde se había hecho vieja, todo el tiempo que había transcurrido como dos enamorados continuábamos el uno frente al otro tomados de la mano sin querer alejarnos o decirnos adiós, pero el episodio llegó a su fin y de alguna manera debíamos separarnos. Mientras los pájaros revoloteaban para buscar nido y la tenue luz de la tarde se hacía presente, un hermoso beso cruzó tus labios con los míos, que selló nuestra despedida.


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