miércoles, 18 de mayo de 2011

9 ELENA DE LA NOCHE

ELENA DE LA NOCHE 

El manto de oscuridad, se dejó desvanecer en el claro del bosque, los ardientes leños que se sacudían en llamas, salpicaban las brazas incandescentes, que de pronto tronaban como anicillos, que rebotan alegremente en contra del cristal de la fogata.
Las risas inundaban el paraje de un grupo de paseantes, que se acomodaban entre chamarras lanudas para despistar el frío, las oleadas de sueño que flotaban en medio de las historias de aparecidos fantasmas de sábanas mordidas y sutiles monstruos que se colaban en las ráfagas de aire helado simulando las osamentas de los vivos. En la distancia se escuchaban plácidamente los aullidos de los coyotes que adoraban a la luna con sus gemidos.
Las sombras danzantes reflejadas por las lenguas de fuego, como féminas dando vueltas en el carrusel de la hoguera asemejaban un escenario de matiz de embrujado miedo, que circulaba en el grupo.
La batuta la tomaba el flacucho entrado en años, de bigote caído, con un puro humeante entre los dientes, aromatizando con la ceniza encendida y apuntando la braza en la esquina del labio.
--- Y entonces…..?--- preguntó
--- Pues la mujer de quien les hablo, era algo especial, era así --- haciendo señales con las manos como dibujando un cuerpo femenino ---de las que muestran los pechos estampados en el vestido, grandes, lánguidos y sin sostén, que enardecen a cualquiera, sobre todo se imaginan cuando sentada de frente con las piernas separadas tratando de disimular la opalescencia de sus bellos muslos, hundiendo sus manos arrastrado la falda con su propia inocencia para cubrirse de las miradas juzgonas de la concurrencia. Bella la mujer…..---
--- Haber Mateo, siga pues… siga.---
--- Tranquilo compadre ya voy……---
--- Es que como lo pinta de bonito usted, como que fuera poeta, ya ni que escritor talvez.---
--- Bueno como les decía, pues si que era hermosa la patoja, tanto así que bien que le llevaban ganas los muchachos de la hacienda. Que hace que estaba quinceañera y los allegados del patrón la taloneaban, escurridiza siempre se las llevaba de las de ganar y se le escapaba. ---
--- Es cierta ocasión……..
….las puertas del rancho se arrastraron con desahogo, mientras en el interior del cuarto junto a un cántaro suspira de sudor un niño, que pálido semblante se prende en un quejido, mientras los ojos se blanquean hundidos en las órbitas de los ojos, la madre que le sostiene la cabeza con un movimiento amaqueante le arrulla en su regazo, recordándole que se aleje de los males, su respiración casi indeleble como que le influye la falta de tono de su cuerpecito. Dentro de un arranque de ira la mujer le toma en peso y lo corre en sus brazos, las zancadas que cada vez son mas torpes tiemblan mientras un ahogo en su corazón le hace estallar en la fuerte de los llanto, la estoica carrera le lleva hasta el pórtico de la hacienda, donde casi antes de desfallecer somata con sus codos el frontispicio de la casa. Busca de pronto la asistencia de alguien caritativo que le conduzca con el curandero, o quizás con el doctor, el dolor que le manifiesta el alma le hace cometer imprudencias y se arroja a los pies del Hacendado, quien con una mirada de desprecio le instiga y reprende.
--- Como te atreves a traer a ese chiris medio muerto aquí a la casa.---
--- Por favor Don…..—entrecortada de lágrimas--- el niño se muere, haga que alguien me lleve al pueblo.---
---Ahora yo soy el bueno para hacer favores…no? --- grita sobresaltado --- después de los desprecios que le has hecho a mi hijo.---
            Una carreta de dos semovientes traquetea despaciosamente por el camino, el polvo se desperdicia en los cercos, mientras el armatoste se conduce pausadamente el cochero silva con las chicharras mientras deambulan para llegar al pueblo.
            Arropajada la muchacha con el niño en brazos, se apea de un salto y empuja en la talanquera del puesto de salud, las señoras de mantillones negros que permanecen en la puerta, asoman las narices para inspeccionar de que se trata la emergencia. El niño va mal, que su quejido se ha vuelto silencioso y su alma que pende de un hilo, hace presagiar los crespones negros del aliento último.
--- Se hizo cuanto se pudo, pero ya era tarde,---- fue la sentencia del encargado.
            Y el niño se fue y con él todas las esperanzas de la familia, la madre con la congoja dentro del corazón, repasa un rosario, estremeciendo sus enojos en las entrañas por la pérdida y ahora sola de nuevo, con un horizonte de tristezas y con un clamor de ira sobre la conciencia. Ensimismada recorre la vereda del camposanto, donde una cruz desteñida de madera se enseña sobre un montículo de tierra que señala la tumba del infante, unas tiras de papel se arrastran en los terrones de las vecindades del monte, un viento ralo humedece los labios de la mujer que se despide santiguándose.
            Al salir del cementerio un vehiculo le hace el franco, abriendo la portezuela le invita a subir, es Patricio, el de las botas vaqueras de grandes espuelas y 45 al cinto, siempre con su aire supremo, que mojigatamente resoba las puntas del bigote como quien sorbe un helado.
--- A poco no se va conmigo chula, no ve que la cortesía no pelea con nadie..?---
---Gracias --- ella le ve fijamente y se acomoda pegado a la ventana del auto --- no sabía que fuera así de atento----
---Pues así somos lo García, no por algo somos los mas importantes del pueblo…o no?---
            Ella no responde y se esconde en el manto con que cubre la cabeza, el destello del verde mar de sus ojos refleja dentro de su soledad, el hastío, el miedo y la soberbia. El rugido del motor impulsando con tierra, corcovea la máquina mientras se ensaña con la carretera, la loca carrera hace un zigzag, que pivotea a lo largo y lo anchos de los cercos de piedra, hasta detenerse frente a la casucha del granero.
--- Apéese chula, que ya llegamos….---
---Pero aquí, aun estoy lejos de mi casa…---
---<lejos de tu casa… si quisieras esta sería tu casa mi Reina…---, y se abalanzó hacia ella con el ánimo de tomarla---
            La joven corrió, las grandes zancadas que le resoplaban en los fustanes del vestido, doblo en la esquina del granero y se internó en el corral, la mansedumbre de las vacas, hizo que no se inmutaran de la loca escapada. Allá en el tomadero de agua, las bateas donde rumia el ganado se escondió tras el pequeño cuartucho, el arado y las monturas se sacudieron cuando la puerta se abrió de par en par al paso del vaquero.
---Elena….Elenita.--- dijo en tono burlón --- ¿Qué se hace que estas jugando a las escondidas…ja,ja,ja, ----
            Después del estrépito de la caída de unos sacos de heno, la joven se puso de pie y estaba dispuesta a enfrentarle, con un rastrillo en mano, dio un paso adelante y se detuvo frente a su cazador.
--- Con que esas tenemos ahora nos hacemos los valiente, si aquí estas con alguien que te ama y te quiere…….----
---Maaa……., como si yo fuera de usté, desgraciado, culpa suya sus amenazas hicieron que mi marido dejara la hacienda y se fuera.---
---Pero es lo que mejor te convenía chula, o acaso no te vuela la mente por acostarte conmigo.---
---Ni que fuera de las rocoleras del pueblo que le restriegan la barriga y le soban la leva…. No Patricio, las cosas no son así, antes muerta que rebajarme a estas con usté.
La lucha entró en fragor, lanzándose el uno al otro, mientras el ejército de chicharras se acurrucaban para acompasar, con sus chirridos, los gritos y los lamentos de las sombras que revoloteaban en el interior del cuarto. Un silencio seguido de un disparo y luego un silencio profundo, los destellos de la pálida luna que penetraban entre los tablones que servían de espejo a la estampa que se generaba en el interior cuadro desolador de una mujer doblada sobre su regazo, con pinceladas de sangre salpicando el recinto. Medio despavorido Patricio sale por la puerta, con los cinco puntos del rastrillo que le arremetieron en la pierna, la sombra del temor le invade la cara mientras trastraviando se dirige hacia la salida.
--- Maldita…. Maldita--- refunfuña cuando a saltos pequeños arrastrando una pierna se dirige hacia el vehículo.
            Allá en el interior de la pieza un vaho, espeso se distiende y arrastra a través del suelo, avanzando como río de lava hacia donde se encuentra el hombre.  La espesa niebla que envuelve todo a su paso recubre la cabina del pick up y arremete contra Patricio, las lentejuelas de la silueta de una mujer se yerguen entre el humo, los ojos de cándida luz se fijan en el rostro, haciendo que un grito de desesperanza invada la cañada. Si la de los senos grandes y hermosos, la de los muslos blancos como leche lo ve, le señala apuntando con sus filudas uñas el corazón del forajido quien cae, desplomándose ya sin vida y con los ojos desorbitados…….
--- Quien iba a pensar ----dice el viejo de bigote.--- que la mujer aun se aparece en los parajes señalando a los machos que tientan a las mujeres. Y de pronto en las noches oscuras como esta el viento acarrea los lamentos y la frialdad de la mujer, deambula por los senderos en busca de los vaqueros que con espuela y pistola pisotean a las féminas de la comarca….---
--- Ya don y acaso usted ya la ha visto…..----
---Bien cuando las doce se acercan y el viento nocturno se cambia de frente y sopla por detrás de las orejas del no creyente, un fantasma recorre los lugares, arrastrando su pena y su hidalguía, de sentirse sin mancha… Un escalofrío recorre el espinazo de los oyentes mientras una ráfaga de fuerte viento deja desaparecidas las llamas y candentes las brazas se activan como un pastel de fresa, los perros se revuelvan y las lechuzas cantan.
            Vaya si no y a lo mejor para dormir nos quedamos todos arrejuntando verdad muchá!.


No hay comentarios:

Publicar un comentario