miércoles, 18 de mayo de 2011

7 APARECIDO

El campanario de la Gobernación departamental, había ya anunciado las 10 de la noche, con el pregón del sereno y tan solo diez desteñidas campanadas. En la calle empedrada deambulaba el silencio, que en ocasiones se resoplaba en silvido las ráfagas de cálido viento y uno que otro ladrido de perro a la distancia.

En casa las colas de quetzal se dibujaban en el amplio corredor detrás del reflejo de la pálida luna que tímida se asomaba sobre los tejados del pueblo. La Tita regresó de la Hora Santa celebrada en la Iglesia del Calvario, la vieja parroquia al otro lado de la calle, a la que asistía consuetudinariamente a todos los actos religiosos. Entró a su habitación a dejar su mantilla y posteriormente se dirigió a la cocina, se sirvió una tasa de café:
-- Herlinda -- gritó
-- Si seño -- respondió, sentada en un costado del pollo, mientras se restregaba el sueño del rostro y alborotaba un poco mas su cabellera, la muesca del bordado del mantel se le insinuaba en el cachete.
-- Ya te habías dormido. Verdad? --
-- No seño, como va a creer.-- se levantó con harta pereza, en pleno bostezo estirándose con los brazos en alto.-- no se le antoja un panito ?....--
-- No. ya me voy a acostar.... hay que madrugar a misa con el Padre Chencho ....., dime.... Y Josesito ...... ? --
-- Yo digo que ya se durmió --
--- No te dije que lo vigilaras, pues.... a cuidadora aquella... va!, pasá buena noche...
José, un joven, vivaracho que rascaba los doce años, aún se encontraba despierto en su habitación, al escuchar la llegada de su tía, apagó el candil y se fingió dormido; Tita abrió la puerta, espió en el canto del madero y al ver que el niño ni se movía, se retiró.
Dos horas mas tarde:
La puerta se abrió con un pequeño rechinido, sigiloso entre las sombras el muchacho corrió descalzo por el corredor, entró en el comedor, se encaramó en una silla para sacar la llave del trinchante, con ella en la mano brincó, abrió la alacena, sacó un pedazo de quesadilla y le dió una mordida, luego tomó una vaso dirigiéndose a donde se encontraba el filtro de piedra, y el cántaro de agua fresca, llenó el cristal. Dió un sorbo y con el botín en sus manos, recorrió parte del corredor, cuando levantó la vista, frente a él un bulto con imagen de persona le franqueó el paso. Un hombre alto de etéreo semblante, vestido de etiqueta de solapas anchas, corbata abombachada a rayas, sombrero de bombín; que se movilizó a su encuentro desde el pestillo del jardín. Una leontina de oro, emitía destellos entre la bolsa de pecho de su chaleco, hasta el cinturón. De su mano huesuda, prendía un bastón cuya cacha de mármol blanco con ribetes de plata, el cual le servía para apoyarse para dar paso.
José se quedó mudo, sus grandes ojos color miel abiertos a mas no poder, ni parpadearon. No alcanzó a mover ni un solo músculo, sus piernas tiritaban como cuerdas de violón y no le respondía, se le había congelado la sangre; un sudor helado le recorrió toda la espalda, hasta terminar donde le arrancan las nalgas.
-- ¡ Chilíííín......! -- tronó el cristal del vaso.....
-- ¿ Quién anda allí ? -- gritó Tita desde el interior de su habitación..... -- no hubo respuesta.
-- ¿ José.... eres tú ? -- insistió.
Pasaron unos cuantos segundos, luego se dejó escuchar como cuando cede el picaporte y el quitar de un aldabón pesado.
-- ¿ ¡ Quien es ! ? ... ¡ Herlinda ! -- Tita apareció bajo el dintel de la puerta con un candil en la mano: -- algo pasa.-- indicó
El ruido de quitar una tranca y el arrastre de una puesta vencida antecedió la aparición de la muchacha en la penumbra, cargando una candela.
-- ¿ Que pasó aquí ?.. seño --
El silencio se hizo mas profundo; no había nadie. La soledad campeaba, ni el mas leve sonido se hacía acompañar mas que por un concierto de los grillos. La luna se había perdido en el espacio agudizando la oscuridad que se hacía mas perenne. Los trozos de un pedazo de pan a medio comer, los challes de un cristal estaban regados sobre un charco de agua, en mitad del corredor.
-- Já !, por papo no vuelvo a pasar una noche solo en ese cuarto... Mirá Herlinda, hoy metés el catre en el cuarto de mi tía --
-- Hay, que te pasó, pues, José --
-- Nada que anoche, me desperté como a eso de la media noche, con sed, me levanté a tomar agua...--
-- Y a robarte la quesadilla..., verdad? --
-- Si y la quesadilla .... susto que me pegué .. casi que me cago.--
-- ¡ No me digás que viste al espanto ! --una sonrisa medio sarcástica se le dibujó en el rostro a la muchacha.
-- Pues, no te digo, se me colocó ansinita delante de mí, já.. chinita se me puso la carne..., a la droga tiré lo que tenía en las manos...., y entonces, que me quería agarrar... o talvés decir algo. No sé... Ave María Purísima -- se santiguó. -- salí volado. --
-- Ese personaje tiene años de aparecerse aquí en la casa...--
-- Y vos ya lo viste ?
-- Si, pero siempre se le encuentra debajo de la Higuera o del palo de granadilla. Cuentan que desde allí espera a su prometida ---
-- Haber contame la historia...
-- Bien... Dicen...Ilusionado por una joven muy bella que vivía en esta casona, que se llamaba Margarita ... este señor soñaba con casarse con ella y la visitaba con gran frecuencia, desde que su padre, su amigo, se la había prometido en matrimonio. --
-- Ella nunca aceptó esa relación, lo evitaba, raras ocasiones le dirigía la palabra, mas bien le jugaba la vuelta, se desaparecía... su familia la negaban, y pocas veces le daban razón de ella.... Margarita tenía varios pretendiente, pero uno era el que la volvía loca, estaba enamorada de un joven, buen mozo con quien se frecuentaba de escondidas.--
-- En cierta ocasión, a raíz de la visita del señor;
Margarita recibió tremenda chicoteada de parte de su padre, por no hacerle caso. El amenazó con robársela y hacerla su mujer a como diera lugar. Desde ese día la niña se encerró en su habitación y prometió no volver a salir.-- "
-- El don, a pesar de los tiempos, la sigue atalayando....-- continuó
-- ¡ A puchis !, entonces que querría conmigo.. pelado que se vaya a asustar a otra gente y a otro lado...., decime y la joven... que pasó con ella --
-- Nunca salió ... algunos dicen que el muchacho, a quien tanto amaba, la sacó a través de los barrotes de la ventana y se la llevó por ay !. Nunca se supo de la pareja, ¡ de que se la robó !, se la robó, con su voluntad, se fugaron hacia el Chagûite.--
-- ¡ Ahhh ! --
---- Sabés una cosa.....-- dijo Herlinda, siempre enigmática y sarcástica -- José se llamaba el muchacho .............. ¡ Igual.....Igualitito que tu Bisabuelo........! --
Una ráfaga de viento corrió desde los confines de la casa y estremeció las cortinas de las ventanas, arremolinando y sacudiendo las hojas de la higuera. Un calofrío se apoderó del cuerpo del jovencito...

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